De los 1.100 alumnos, el 60% busca aprender la lengua inglesa. Pero, por la amplia oferta laboral para técnicos, el germano tiene cada vez más adeptos.
En el Laboratorio de Idiomas, dependiente de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de Mar del Plata, se enseñan diez lenguas -inglés, francés, italiano, alemán, portugués, chino, japonés, árabe, ruso y español- en clases aranceladas abiertas a toda la comunidad.
Creado en 1969 para satisfacer “la demanda de la comunidad, el inglés sigue siendo el idioma más elegido por “casi el 60 por ciento de los 1.100 estudiantes que tenemos”, explicó la directora Adriana Cortés. “Igual, todas las lenguas están creciendo”, admitió.
“Si bien la primera demanda viene de la universidad, también estamos atentas a la demanda generalizada -añadió-. Ahora hay gente que está pidiendo coreano, creo que es por una cuestión de las series, las películas, la música”. Otro de los idiomas que está de moda es el japonés, que abrió su inscripción hace cuatro años.
Con las clases en modalidad presencial después de la cuarentena decretada por la pandemia de Covid, la coordinadora académica del Laboratorio de Idiomas, Cecilia Serafini, hizo hincapié en la profesionalidad de los docentes, pero aclaró: “Los cursos no son profesorados, aunque sí cuentan con certificados de eficiencia, ya que trabajamos con el marco de la Comunidad Europea que regula los niveles de todas las lenguas y otorga las certificaciones de equivalencia”. De este modo, esos certificados son válidos “para becas o trabajos en el exterior”, añadió Cortés.
En ese sentido, aumentó la demanda de enseñanza del alemán. “Creció muchísimo en los últimos cuatro años, sorprende -dijo Cortés-. Pasa que Alemania ofrece trabajos a los técnicos no universitarios, tipo matriceros, egresados del colegio industrial o tornero, por ejemplo, que tienen rápida salida laboral”. Entre los requisitos figura el idioma en nivel “A1 y A2, que son los iniciales, los dos primeros años, y allá reciben la especificación terminológica”.
Variedad
Si bien los tiempos de aprendizaje dependen de cada persona -al Laboratorio pueden asistir mayores de 18 años-, las profesoras estimaron que “cada nivel requiere 180 horas de trabajo anual, más la práctica y el entrenamiento. “Hay que internalizar las explicaciones e interactuar con los compañeros”, sostuvieron.
Las clases se dividen en cuatro horas semanales, en los niveles A1, A2 (que son los iniciales), B1, B2, C1 y C2, completando “seis años de trabajo de cuatro horas semanales”. “Los tiempos dependen de cada alumnos -especificaron-, aunque hay lenguas que requieren de otros tiempos porque tienen otro alfabeto, como el árabe”.
“Aprender un idioma es un espacio de encuentro -coincidieron-, una contención afectiva, hay que estar predispuesto a ese aprendizaje”.
Las clases se imparten en el piso 13 del Banco Provincia de San Martín y Córdoba.